lunes, 14 de diciembre de 2009

Una formación más completa


El niño juega a ser lo que más le inspira. Es policía, mecánico, doctor, plomero, chofer, vaquero (El Llanero Solitario era mi representación favorita de la infancia, sin que me asaltaran las preguntas, como ahora, ¿De que vivía este héroe del lejano oeste, si todo el bien que hacía era por puro idealismo? ¿De donde sacaba la plata para las costosas balas con que cargaba sus revólveres?), soldado, piloto aviador, piloto de autos de carreras, súper héroe, y todo lo que la imaginación, el deseo y la voluntad alcancen. En esta etapa de la vida no necesitábamos de escuela ni personas que nos enseñaran lo que elegíamos ser por un arranque de pasión al jugar con otros niños, o al jugar solos. Pero eso sí, nos hacíamos de los accesorios, las herramientas y la ropa del rol que deseábamos interpretar: si se era doctor, pues una camisa blanca de nuestro padre era suficiente para otorgarle el título de bata; como Vaquero con un sombrero, un paliacate, una pistola de plástico y, si las teníamos, una botas vaqueras para el toque perfecto. Y no era solo vestirse, si no que actuábamos como en lo que en aquel momento elegíamos ser. Todo esto lo aprendíamos de las caricaturas, los programas de la televisión, los comics y, en algunos casos, de los libros. No deja de sorprenderme como los niños utilizan una lógica más inteligente que la lógica (?) por la que se dejan llevar muchas personas adultas.
En la adolescencia y ya como adultos jóvenes, todavía idealistas pero con lo pies en la tierra, sabíamos que si queríamos ser doctores había que ir a estudiar a la escuela de medicina; si deseábamos ser soldados, era necesario entrar a la escuela militar o enrolarse en el ejercito.
Tomando como ejemplo la carrera de medicina, todo mundo sabe que para ser doctor hay que estudiar y hacer todo lo que han estudiado y hecho quienes son doctores, además de estarse actualizando constantemente. Alguien que aspire a ser medico no puede saltarse ni un solo peldaño de profesión, mucho menos de esta profesión. No puede decir: -Para que estudio cinco, ocho o diez años; con que me pegue a unos buenos Doctores de mi tiempo y estudie sus tesis, escritos y análisis, es y será suficiente para mí. Ilógico, ¿Verdad?
Utilizo este ejemplo porque muchas personas que conozco y cuyo supuesto deseo es llegar a ser escritores (muchas de ellas se creen escritores con el simple hecho de leer regularmente), consideran que es suficiente leer a escritores contemporáneos y escritores favoritos.
Considero que hay que leer a los buenos escritores contemporáneos y a todos aquellos escritores que formaron a los buenos escritores contemporáneos, o séase a todos los que influyeron en ellos y a todos los clásicos. No pienses como aquel lector de Nietzsche, que cree que por leer al autor de Más allá de bien y del mal ya no necesita leer a los griegos; es más, asegura que las ideas de los griegos son obsoletas en nuestros días solo porque no coinciden con las suyas o porque no las puede entender, mucho menos asimilar.
Los autores difíciles de conseguir, leer y seguir son aquellos que influyeron en Borges, porque prácticamente tendríamos que visitar alguna de las bibliotecas que menciona en sus cuentos: aquellas que contienen el conocimiento total del universo, y que son infinitas e inabarcables. Aún con ello, Borges nos da referencias de excelentes escritores que él mismo admiraba, entre ellos: Juan Rulfo, Alfonso Reyes, Robert Louis Stevenson, Cervantes (con ironía, ero lo idolatra), Kipling, Shakespeare (no podía faltar), y muchos tantos más que mi memoria se niega a hacerme llegar mientras escribo estas líneas.
Así que si en verdad amas la literatura y quieres ser escritor, un verdadero escritor, no solo leas a los escritores contemporáneos, lee a los buenos escritores y pensadores de todos los tiempos para que tengas una formación más completa, sí, incluyendo a los griegos; te darás cuenta de que sus ideas son tan actuales como cuando ellos las concibieron hace miles de años, sin importar lo que digan los pseudointelectuales especialistas en lectura de obras Nietzscheanas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario