miércoles, 16 de diciembre de 2009

Martirio ocular placentero


A mediados del año pasado, más o menos, leí el libro Introducción a la Literatura Inglesa, de Jorge Luis Borges, y me pareció buenísimo. Bueno, y que libro de Borges no es buenísimo. Esta obra del también autor de El Aleph, trata sobre la historia de la literatura inglesa, desde sus inicios hasta llegar al Siglo XX. Borges hace referencia de los buenos escritores ingleses y de sus obras más destacadas; entre los autores que menciona, llamaron mucho mi atención Robert Louis Stevenson, H. G. Wells y G. K. Chesterton. Volviendo un poco al post anterior que subí, me propuse conseguir, en medida de lo posible, el mayor número de obras escritas por estos autores. Y es que, si Borges los recomienda e incluso escribe maravillas de ellos, no se los puede uno perder.
Hace unos días, mientras mis familiares escogían algunos regalos navideños en Liverpool (el de Galerías Laguna, y no el famoso puerto inglés) aprovechando su clásica venta anual, yo fisgoneaba en el departamento de libros, y me encontré con una joya de bolsillo: la novela El hombre que fue jueves, de Chesterton, en una edición del Fondo de Cultura Económica. No exagero al decir que es una joya, ya que la novela está traducida y prologada por Alfonso Reyes. Al ver el libro casi lo arrebaté de los estantes y ya no lo solté. Es más, creo que me estaba esperando, porque lo compré a crédito en una promoción de seis meses sin intereses; voy a pagar diez pesos mensuales; de lujo, ¿no?
Desgraciadamente lo único que no estuvo, o más bien que no está de lujo es el formato del libro que diseñó la editorial del FCE, sobre todo en la letra, que es muy chica, chiquitita.
Ahora, si nos ponemos exigentes, la edición no es tan económica, a pesar de que se trata de un formato de bolsillo. El FCE tiene una labor muy buena y muy amplia al editar libros de autores difíciles de conseguir, pero debería de hacerlo en ediciones que no busquen acabar con los ojos de los lectores a los que desea llegar, que no somos pocos, y a precios que hagan honor a su nombre, o sea bajos. Porque por el costo de El hombre que fue jueves se puede conseguir una muy buena edición de bolsillo de cualquier libro de José Saramago, y con un tamaño de letra decente, como las ediciones de Punto de Lectura y de Debolsillo, que son las que más busco.
De vuelta al libro de Chesterton, y aunque todavía no termino de leer este novelon (y digo “novelon” haciendo alusión a su tremenda calidad y no en forma demeritativa), no he dejado de leerlo de a capítulo por noche, que es lo más que aguantan mis ojos antes de llorar por el cansancio, desde que comencé a degustarlo. Y ni que decir del señor prólogo de Alfonso Reyes. El hombre que fue jueves es una novela policíaca escrita como pocas, con una malicia y una maestría literaria capaz de ejecutar giros cuando uno menos los espera. Ahora entiendo porque Borges hablaba muy bien de Chesterton. La edición que conseguí de El Hombre que fue jueves lastima mis ojos, aun así vale la pena terminar de leerla, o morir en el intento, porque es un martirio ocular placentero.

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