martes, 20 de julio de 2010

Música nocturna del fin de semana


La música nocturna de la que habla Jaime Muñoz Vargas en uno de sus artículos de Ruta Norte me despertó la madrugada de este domingo que acaba de pasar: el tableteo producido por los disparos de armas de alto poder. Era la una pasada cuando las mortíferas ráfagas de plomo terminaron con el oscuro silencio de Torreón dando paso al oscuro ruido. Fui testigo auditivo dado que vivo a unas cuantas manzanas del lugar donde se jalaron los gatillos a sangre fría. Debido a la hora, la noticia ya no alcanzó a salir en los diarios, pero ayer lunes apareció tanto en La Opinión Milenio como en El Siglo de Torreón. Las consecuencias de esta nueva barbarie fueron entre 17 y 18 jóvenes asesinados y 17 heridos. Claro y por supuesto que los números pertenecen a las rasuradas cifras oficiales.
Los cruentos hechos se materializaron en la Quinta Italia Inn, inmueble que se encuentra dentro del Ejido San Luis, a espaldas de una agencia funeraria ubicada sobre el periférico Raúl López Sánchez (si no imagino mal, la funeraria debe ser Gayosso). En el lugar se encontraba un nutrido grupo de jóvenes, algunos de ellos integrantes de un equipo deportivo, celebrando un cumpleaños cuando de buenas a primeras llegaron varios vehículos de los que bajaron sujetos armados hasta los dientes con rifles y metralletas como si estuviéramos en Irak, se metieron a la quinta y dispararon contra todos los asistentes, incluyendo a los integrantes del grupo musical Banda Ríos que amenizaba la pachanga; algunos de los músicos perdieron la vida.
En la imagen que subí a este post les muestro los nuevos instrumentos musicales con que se amenizan las noches de La Laguna: Los rifles de grueso calibre conocidos y temidos con el famoso mote de Cuernos de Chivo.
Pero bueno, esta noticia es el pan nuestro de cada día en esta terregosa y abrasante región sin ley. Ni modo. Mejor es pensar en la Macro Plaza que está construyendo el flamante Presidente Municipal de Torres -que se preocupa por las demandas y necesidades de su gente- y El Gobierno de la Gente (si las cosas siguen así, va a ser el Gobierno de la gente muerta), que, la verdad, dicen que va a quedar bien chingona. También hay que prepararse para la inauguración del próximo torneo del futbol mexicano profesional de primera división. Hay que apoyar al Santos aunque, igual que el Tri, al final dé pena ajena; tanto pinche estadio para nada, tanta piche publicidad para convertirlos en héroes, pero como el de la canción Soldado del amor que Mijares convirtió en éxito hace décadas: "héroes de mentira y gigantes de papel".
Que hay balaceras en donde mueren mujeres, niños, jóvenes y demás incautos inocentes…ni modo, pobres desafortunados, de todos modos algún día se iban a morir. Nada se gana con preocuparse e indignarse. Mejor es prepararse para el fut con unos buenos botes, una jugosa carne para asar y la camisa oficial del equipo. Ah, y no hay que descuidar el echarle una ojeada al proyecto de la nueva Presidencia Municipal para vigilar que quede chingonsísima y así despierte la envidia de los regios.

viernes, 9 de julio de 2010

Acequias 52


Ayer por la tarde en Librerías Gandhi sucursal Torreón, a eso de las 19:30 hrs., fue la presentación del número 52 de la revista literaria Acequias, que publica la Universidad Iberoamericana Torreón. La chamba, la que me da el pan nuestro de cada día, me enclaustró toda la tarde en un curso de capacitación y desgraciadamente no pude asistir al evento. En cuanto salí del aula, a eso de las ocho pasadas, convertí mi auto compacto en una saeta de fuego (esta metáfora me la fusilé de Harry Potter) y llegué a Gandhi a las ocho y media, pero ya no encontré a ninguno de los presentadores ni al público que asistió a conocer el nuevo número de la publicación. No me quedó de otra que agenciarme un buen bonche de Acequias que me encontré en la mesa de centro del área de café con que cuenta la librería y que es generalmente donde se llevan a cabo las conferencias y las presentaciones de lo más nuevo en cuanto a publicaciones.
Siempre que tengo el tiempo en mis manos, o más bien que el tiempo me suelta de sus manos, asisto a las presentaciones de la tremenda Acequias, cuyo timonel es el poeta sinaloense Julio César Félix, pero ayer de plano no pude.
Esta es la presentación que más me ha dolido perderme de Acequias, porqué en este nuevo número se publica una reseña de mi autoría sobre Leyenda Morgan, de Jaime Muñoz Vargas, reseña que subí a este espacio el pasado 30 de mayo.
Acequias es de distribución gratuita, o sea "de a grapa", y la pueden encontrar el las principales librerías de la región, cómo en Gandhi y la librería del FCE que está a un lado del Teatro Isauro Martínez, y en los centros culturales comarcanos, cómo el Icocult y el CINART (que ya están en las mismas instalaciones: en la antigua estación del ferrocarril de Torreón).
Una felicitación a Julio César Félix y a todo el equipo editorial de Acequias por este número 52, que, además de sus nuevas secciones que incluyen crónica y cómic, está de lujo.

martes, 6 de julio de 2010

Ahora le tocó a Francisco Amparán


Hay una expresión de la cual ignoro su origen y que solo he escuchado en voz de algunos compañeros de la oficina representada en la frase “se lo cargó el payaso”, o séase “se murió”. En caso de que se trate de una mujer sería “se la cargó el payaso”. Cuando recién escuché estas palabras tan simples, tan chuscas y poco comunes (al menos para mí) para referirse al fallecimiento de alguien, primero, solté una carcajada dado que no se trataba de alguien conocido -ni querido- en esa ocasión inicial que oí mencionar la mentada frase; segundo, me puse a pensar en el posible origen de la expresión y a lo único que llegué fue a la novela It, de Stephen King, que, cómo la mayoría de sus producciones literarias, fue a parar a la pantalla grande. ¿Por qué It? Porqué en el pueblito lluvioso donde se desarrolla la trama de la película, un ente maligno con fisonomía de payaso muy a la Mc Donald´s anda mate y mate niños (algo le han de haber hecho los cabrones mocosos). De ahí en más no encuentro otra relación con “se lo cargó el payaso”; no al menos que me satisfaga.
Bueno, pues últimamente el payaso ha andado hiperactivo en México, patrocinado principalmente por el crimen organizado, y ni que decir de la plomeada Comarca Lagunera. Lleva tanto vuelo el payaso que, el fin de semana que no hay balaceras significativas en La Laguna, no se detiene a descansar y se carga a quien se le ponga enfrente, cómo hizo el domingo pasado con el escritor lagunero Francisco Amparán, mejor conocido en el periodismo, la literatura y el ámbito cultural en general cómo Paco Amparán, y cuyo nombre completo era Francisco José Amparán Hernández. La muerte de este tremendo periodista y escritor lagunero me ha impactado, y más a sabiendas de que era muy joven, al menos para morir; tenía 52 años. Hago el comentario de su fallecimiento con la susodicha frase del payaso porqué en las dos columnas que tenía Paco Amparán en El Siglo de Torreón escribía sobre los problemas del mundo, de nuestro país y de nuestra región, narrados siempre de una forma chusca y amena utilizando modismos del habla que todos hemos pronunciado alguna vez, o que por lo menos escuchamos o hemos escuchado.
Las dos columnas de Paco Amparán eran El comentario de hoy, que salía de lunes a viernes; y Los días, los hombres, las ideas, líneas domingueras que generalmente relacionaban el panorama actual del orbe con la historia y que trataban sobre temas interesantísimos; en esta columna de Amparán aprendí mucho más de historia que con los maestros de la SEP que me tocaron en primaria y en secundaria, a diferencia de cuando cursé el bachillerato, porqué déjenme decirles que la maestra de historia que asignaron a mi grupo de la prepa era toda una chucha cuerera (frases así escribía Amparán).
Don Paco, de más está decir que lo vamos a extrañar sobremanera, muchísimo; la Comarca ya no será la misma sin sus palabras en la radio y El Siglo de Torreón, periódico que sin usted padece un tremendo hueco difícil de llenar, cómo los baches sin fondo de Torres.
Que le vaya muy bien Don Paco, y no se deje del payaso; aunque no dudo que usted lo tenga bastante entretenido y a carcajadas.