domingo, 16 de agosto de 2009

Mientras gane mi equipo favorito, lo demás me vale madre


Se gastó, y se sigue y seguirá gastando, una millonada en el mentado nuevo estadio de fútbol para nuestro equipo local de primera división, El Santos Laguna. Claro, mientras la pobreza en La Comarca Lagunera, y en el resto de México, sigue creciendo a pasos agigantados y sin piedad, sin piedad de gobierno alguno, al nivel que sea, y sin piedad de los avaros empresarios que, antes de invertir más o soportar la embestida de la crisis con su planta laboral completa, prefieren recortar personal y así tratar de conservar sus utilidades.
Lo peor de todo es que nos vale madre a todos los laguneros y mexicanos, mientras El Santos gane y llegue a la final y además estrene estadio, que el mundo ruede; mientras la Selección Mexicana también gane y, como al parecer ya hizo, asegure su pase al Mundial de África, que los jodidos -aunque yo esté dentro de ellos- se las arreglen solos (como generalmente hacen) y si no, pues que se mueran de hambre, ni modo, así es la vida de cabrona, que le podemos hacer, solo sobreviven los más fuertes, los empresarios de abolengo, los que cuentan con un trabajo de burócrata, los que tienen un compadre poderoso o una palanca que los acomode en un buen trabajo, los que tienen familiares maestros que puedan recomendarlos en el magisterio o heredarles la plaza, los demás sufrirán el destino que Darwin conjeturo para las especies más débiles: el de sucumbir.
Dos notas de La Opinión Milenio aparecidas la semana pasada, ambas de Jaime Muñoz Vargas en su columna Ruta Norte, despertaron mi rabia e indignación: una de ellas, con el título Más pobreza para los pobres, menciona -a su vez- otra nota en el mismo diario, cuyo contenido figura alrededor de la noticia de que “El Parque de Las Etnias cierra por falta de recursos”. Pero bueno, que chingados nos importa a los laguneros que cierre ese pulmón que tanto necesita la ciudad, si como menciono, El Santos ganó hoy 3-2 ante el Cruz Azul y falta poco para que los verdiblancos estrenen casa nueva; aunque yo sea un jodido, y mi ciudad cada vez esté más jodida, vistiendo la camiseta del Club Santos Laguna, lo demás me vale madre. Total, que cierren el Parque Las Etnias, sirve que por fin dan libertad a los pinches patos que tienen allí, y que seguro están allí contra su voluntad. En la otra nota, encabezada como Negocio de la patada, me parece muy acertado el comentario que hace Jaime, cuando menciona que Es innegable: antes que la cocaína, que el alcohol, que las religiones o que lo que sea, el fútbol es la droga más poderosa en el planeta entero. Muy cierto, tanto que los grandes empresarios, y dueños de las televisoras más poderosas, se disputan la transmisión de los partidos importantes de este deporte, a costa de negociaciones millonarias; que importa que los pobres y jodidos, mientras vean el fútbol, se mueran de hambre y les cierren los pocos parques públicos con que cuentan para pasear con la familia. Repito, los diferentes niveles de gobierno tienen la misma podrida mentalidad. Y lo peor de todo: A nosotros también nos vale madre.

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