sábado, 3 de septiembre de 2011

Estepa del Nazas 58


El jueves de la semana pasada salió de la imprenta el número 58 de Estepa del Nazas, revista literaria que comenzó en el año de 1994 su sinuosa y difícil lucha por seguir vigente, en boga y en continua publicación. Gracias al maestro Saúl Rosales, su director, al patronato del Teatro Isauro Martínez, a los escritores que colaboran y a los lectores que no la olvidan ni la dejan de lado, Estepa del Nazas es toda una tradición literaria en La Laguna y ha salido airosa de las continuas crisis económicas y culturales a las que se ha visto expuesta.
En su más reciente edición, Estepa aloja los textos ensayísticos de varios de los alumnos que cursamos el Diplomado en Letras los fines de semana en el poético recinto de la biblioteca José García Letona ubicada en La Alameda Zaragoza, entre estantes y más estantes repletos de libros que vigilan cada cátedra que se imparte y a cada uno de los alumnos que recibe el conocimiento literario de los géneros de ensayo, novela, cuento y poesía. Los integrantes del diplomado que colaboramos en el número 58 de Estepa somos Brenda Navarro -actualmente autoexiliada en el DF a causa de la imparable marea de inseguridad y violencia que inunda sin remedio a La Laguna- con “No rebuznas porque Dios es grande”, un ensayo sobre la educación y las costumbres que cultivaban en sus hijos los padres del siglo pasado; Berenice Ovalle con “De la esperanza y otros demonios", texto que compara el sentimiento de esperar con un demonio que se adentra en lo más profundo del ser logrando en la mayoría de las ocasiones nublar la razón de quien lo padece; Gerardo Iván García Colmenero nos muestra a la esperanza como un arrebato emocional al que no debemos sucumbir y que hay que combatir con la lógica de la existencia en su disertación “Un arrebato sentimental: la esperanza”; Mayra Elizabeth Posada Calderón analiza y discurre sobre la frase “La discreción es la gramática del buen lenguaje, que se acompaña con el uso”, escrita por Cervantes en El Quijote, en su ensayo “El poder de la discreción y el uso en la lengua”; y este aprendiz de escribidor diserta, en “La monja atea”, sobre la desesperanza de Sor Juana Inés de la Cruz y lo útil que pude ser la esperanza siempre que se soporte sobre los pilares de las acciones que nos acerquen aquello que deseamos con una pasión abrasadora.
El número 58 de Estepa también incluye “Km 35”, integrado por versos de Adriana Luevano; “El poeta Bertolt Brecht y su lucha contra el fascismo alemán”, un muy completo ensayo de Argelia de la Torre Barrón; el cuento “Graffiti amoroso”, de Miguel Morales Aguilar; varios poemas de Manuel Torres Zamora; “Textos”, líneas en prosa y en verso de Ricardo Sarmiento; el poema “Amor Ausente” de Ma. del Rosario Morales Esparza; versos escritos por Nazul Naramayo; “Más allá del desierto, de Yolanda Natera” texto de presentación del libro homónimo de Natera, por Laura Orellana Trinidad; la reseña “Dos novelas de la revolución”, de José Luis Herrera Arce; y el poema “Salsola Kali”, del maestro Saúl Rosales, dedicado a las bolas de hierba seca que ruedan por nuestra ciudad durante las tormentas de tierra y arena que padecemos en la región.
La nueva Estepa de Nazas es motivo de mucho peso para brindar, no solo por su publicación, sino también por el contenido de sus páginas, donde los textos son acompañados por las artísticas ilustraciones de Alfredo Cortés. Muchas felicidades al maestro Saúl Rosales, a cada uno de los colaboradores, al Patronato del Teatro Isauro Martínez y a todos aquellos que con su granito de arena, o con su bloque de concreto, hacen posible que Estepa del Nazas llegue a las manos de todos los que somos sus más asiduos lectores.
Bajo este post dejo “La monja atea”, mi granito de arena en la más reciente Estepa del Nazas.

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